3.ALIMENTACION

3.1. GENERALIDADES

Principios nutritivos esenciales (Hidratos de carbono, grasas, proteínas, minerales, vitaminas y agua), son necesarios para mantener la vida, permitir el funcionamiento normal del organismo y favorecer el desarrollo.

Alimentos que contienen Principios Nutritivos Esenciales:

Déficit de Principios Nutritivos Esenciales puede producir:

La tasa metabólica disminuye con la edad, por tanto, las personas ancianas necesitan menos calorías que anteriormente. Los panes de grano integral y los cereales se recomiendan por sus fibras, generalmente disminuidas en las dietas de los ancianos. Las necesidades de proteínas de los ancianos son las mismas que para los jóvenes, pero los ancianos pueden necesitar menos consumo de grasa por su capacidad disminuida para sintetizar y excretar los lípidos y porque la reducción de la ingesta de grasas disminuye el riesgo de enfermedades coronarias y la obesidad.

Muchos ancianos tienen deficiencias de hierro, a menudo porque sus dietas son bajas en proteínas ricas en hierro.

El uso de aceites minerales, como un laxante para los ancianos, puede impedir la absorción de las vitaminas A, D, E y K.

Muchos ancianos tienen intolerancia a la lactosa y deben obtener proteínas y calcio de otras fuentes que no sean la leche, como los vegetales, las nueces y las habas.

El sentido del gusto de los ancianos puede estar alterado, a menudo por la disminución de las papilas gustativas, o por tener la dentadura en malas condiciones. Además, algunas personas ancianas que viven solas no quieren cocinar o comer solas. Como resultado las personas ancianas pueden adoptar hábitos nutritivos pobres y estar en riesgo de malnutrición.

3.2.- CONSEJOS DIETETICOS

  1. Reducir la ingesta de grasas:es aconsejable quitar toda la grasa visible de la carne y escurrir al máximo el aceite empleado para cocinar. No utilizar nunca manteca, mantequilla o tocino para cocinar. Evitar las frituras y sustituir la leche entera por la descremada.
  2. Evitar las comidas ricas en colesterol: es aconsejable reducir la ingesta de huevos, vísceras, mariscos, como gambas, langosta y cangrejos y las grasas animales.
  3. Aumentar la ingesta de frutas: es recomendable comer fruta del tiempo, que son fuentes de vitaminas A C Y E así como de potasio.
  4. Aumentar la ingesta de verduras y legumbres: las verduras contienen fibra que ayuda a evitar el estreñimiento y disminuye los niveles de colesterol en sangre.
  5. Aumentar la ingesta de cereales y pan integral: estos alimentos, al igual que las verduras, contienen fibra y ayudan a prevenir el estreñimiento.
  6. Disminuir la ingesta de sal.
  7. Evitar el azúcar.
  8. Aumentar la ingesta de minerales como el calcio y el flúor: es aconsejable tomar productos lácteos con bajo contenido en grasas, frutos secos y verduras.
  9. Mantener una ingesta adecuada de líquidos: es aconsejable beber líquidos en abundancia. Como mínimo 1 ½ litro al día.

3.3.- ALIMENTACION EN PACIENTES ENCAMADOS

El cuidador se ocupará de que el enfermo diariamente tome abundantes líquidos en forma de agua, zumos, sopa, incluso aunque el paciente no quiera, porque puede tener disminuido el reflejo de la sed, o tener miedo a beber, debido a que se atraganta. En este último caso darle la bebida con un biberón.

La alimentación tendrá abundantes proteínas que fortalecerán su tejido muscular y la piel. Estas se encuentran en las carnes rojas, el pescado azul (sardinas, anchoas, bonito, chicharro, etc.), huevos, leche y verduras frescas. Las proteínas deben constituir al menos un 25% de la ingesta total diaria.

Los hidratos de carbono (en menor proporción, un 20%) son agradables de sabor, pero aportan una sensación de saciedad, por lo que no conviene que el enfermo los consuma en exceso y pierda el apetito para comer alimentos ricos en proteínas. Se encuentran en las patatas, lentejas, garbanzos, alubias, macarrones, fideos etc.

También pueden formar parte de la comida del enfermo las grasas porque mejoran el sabor de los alimentos, además de realizar funciones específicas (sirven de vehículo a las vitaminas A, D, K, E) liposolubles. Reducen la secreción ácida del estómago y regulan su actividad muscular. Son preferibles las grasas como el aceite de oliva, las del salmón, la sardina, etc. Los fritos pueden producir trastornos digestivos.

3.4.- ALIMENTACION POR SONDA NASOGASTRICA

En algunos casos el médico ordena la alimentación mediante sonda nasogástrica. Una sonda es un tubo fino de plástico flexible que la enfermera introduce por una fosa nasal, hasta llegar al estómago. Una alimentación nasogástrica nunca debe ser administrada hasta que la enfermera confirme que la sonda está en el estómago. La vía más segura para confirmar este hecho es extrayendo algún contenido del estómago con una jeringa. Las mezclas alimenticias para administrar nasogástricamente están preparadas comercialmente. Las preparaciones son líquidas y contienen una variedad de nutrientes dependiendo de las ordenes del médico. La frecuencia de las tomas y las cantidades que se administran también las ordena el médico. Un adulto a menudo necesita 300 a 500 c/c. de mezcla por toma.

Las soluciones normalizadas contienen una caloría por mililitro de solución, con proteínas, grasas, carbohidratos, minerales y vitaminas en proporciones específicas.

La enfermera, primero se asegura del emplazamiento apropiado de la sonda en el estómago, y a continuación, instila 10 ó 15 ml. de agua a través de la sonda, para asegurar que esté permeable, fija entonces la sonda y administra la mezcla lentamente. La mezcla de alimentación debe estar a la temperatura ambiente, porque los líquidos calientes o fríos pueden irritar la mucosa gástrica. Es importante que no se administre la alimentación con una presión indebida, que puede producir el reflejo del vómito. Se debe administrar el liquido de sobrealimentación forzada con una jeringa lentamente y con una presión mínima. A continuación de la alimentación se administra 15 a 30 ml. de agua. El agua limpia los restos alimenticios y previenen obstrucciones futuras. Se pinza la sonda para prevenir que entre aire en el estomago. El final del tubo se cubre con una gasa que se sujeta con un esparadrapo. La sonda se fija a la ropa del paciente. Periódicamente se cambiará el esparadrapo que sujeta la sonda a la nariz, por higiene, y para prevenir ulceraciones en dicha fosa nasal.

ÍNDICE

HABITOS INTESTINALES