9.EJERCICIOS RESPIRATORIOS

9.1.- PREVENCION DE LOS TRASTORNOS RESPIRATORIOS

9.2.- INSTRUCCIONES PARA LA RESPIRACION PROFUNDA

Para una prevención correcta de las afecciones pulmonares, el paciente debe realizar respiraciones profundas cada 1 ó 2 horas, mientras esté despierto. De esta forma, podrá expandir los pulmones, mejorar la oxigenación y prevenir la aparición de atelectasias. La respiración profunda también ayudará al paciente a relajarse. Para realizar una respiración profunda, adecuada, el paciente debe utilizar el diafragma y los músculos abdominales y no solo los torácicos.

Técnica:

  1. Coloque al paciente cómodamente en una posición de decúbito supino. Ponga una de sus manos sobre el pecho y la otra sobre el abdomen superior, en la base del esternón. Flexione ligeramente sus rodillas y apóyelas en un pequeño cojín. Procure que se relaje.
  2. Pídale que espire normalmente. A continuación indíquele que cierre la boca e inspire profundamente con la nariz. Mientras tanto, dígale que centre su atención en cómo se eleva el abdomen, sin expandir el tórax. Explíquele que si nota que la mano situada sobre el abdomen se eleva cuando toma el aire, quiere decir que está respirando correctamente. Cuando el enfermo haya aprendido esta técnica deberá realizarla sin apoyar la mano sobre el abdomen.
  3. Dígale que aguante la respiración y que cuente lentamente hasta cinco.
  4. Acto seguido, pídale que frunza los labios como si fuera a silbar y que expulse todo el aire por la boca, sin hinchar los carrillos. Debe utilizar los músculos abdominales para expeler el aire mientras las costillas se desplazan hacia abajo y hacia dentro. Recuérdele que la expiración debe durar como mínimo el doble que la inspiración.
  5. Dígale que descanse algunos segundos y que repita el ejercicio 5 veces. Anímele a que vaya aumentando el número de respiraciones profundas hasta diez.
  6. Cuando haya aprendido la técnica, dígale que puede realizar tanto sentado como de pie.

9.3.- INSTRUCCIONES PARA UNA EXPECTORACION EFICAZ

Indíquele al paciente que realice ejercicios de expectoración cada 2 horas como mínimo. La expectoración controlada y cuidadosa ayuda a mantener los pulmones libres de secreciones.

Técnica:

  1. Dígale al paciente que se siente al borde de la cama. Si no llega con los pies al suelo, proporciónele un taburete para que los apoye en él. Recuérdele que debe inclinar ligeramente el cuerpo hacia delante.
  2. Indíquele que inspire de forma lenta y profunda y que expulse el aire (siguiendo la técnica revisada para la respiración profunda). De esta forma estimulará el reflejo tusígeno. Dígale que realice otra inspiración y que exhale el aire.
  3. Pídale que inspire de nuevo, aguante la respiración y tosa dos veces con fuerza. Mientras tose, debe concentrarse en intentar expulsar todo el aire del pecho.
  4. Déjele que respire unos momentos mientras respira normalmente. Puede tomar un sorbo de agua para evitar un nuevo acceso de tos. Cuando haya descansado dígale que repita el ejercicio 5 veces como mínimo.

9.4.- UTILIZACION DE UN ESPIROMETRO DE INCENTIVO

El uso del espirómetro le ayudará a expender los pulmones, le permitirá inhalar una mayor cantidad de oxígeno y prevendrá la aparición de complicaciones pulmonares.

Técnica:

  1. Sostenga el espirómetro en posición vertical sobre su mano. Procure no inclinarlo hacia ningún lado.
  2. Espire normalmente y póngase la boquilla del aparato entre los labios.
  3. Inhale profundamente hasta que la bola del dispositivo suba hasta arriba. Aguante la respiración mientras cuenta hasta 3 (no importa que caiga la bola)
  4. Por último, sáquese la boquilla de la boca y exhale normalmente. Relájese y descanse unos momentos. Repita el ejercicio varias veces, descansando entre cada una de las respiraciones.

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